5 RAZONES POR LAS QUE ME GUSTA EL FINAL DE HARRY POTTER

Hoy, 1 de septiembre y día por excelencia de Harry Potter, vengo con una unpopular opinion calentita calentita. Sí, ya sé que tanto los libros como las películas de Harry Potter se publicaron hace años. Pero cada x tiempo vuelvo a escuchar lo mismo: ese final era innecesario. Pero hoy vengo a romper una lanza a favor de ese epílogo. Hoy te voy a contar 5 razones por las que me gusta el final de Harry Potter. Antes de nada, si aún no has visto las películas ni leído los libros, tienes intención de hacerlo o no y no quieres comerte spoilers, te recomiendo que abandones inmediatamente este post. Pero, si eres potterhead o conoces la saga y tienes esa curiosidad que caracteriza a los grandes magos y hechiceros, continúa leyendo. Porque aquí serán revelados algunos secretos que utilizó la autora para enganchar a millones de lectores de varias generaciones. 😉 5 razones por las que me gusta el final de Harry Potter

5 RAZONES POR LAS QUE ME GUSTA EL FINAL DE HARRY POTTER

Por si no sabes a qué me refiero, es a la escena en la que se ve a Harry, Ron, Hermione, Ginny, Draco, etc., rondando los cuarenta tacos, casados entre ellos y todos con churumbeles de 10 a 14 años esperando a que salga el Expreso de Hogwarts como cada 1 de septiembre. Más allá de lo bien o lo mal que lo hiciera el equipo de maquillaje y vestuario para envejecer a los personajes en Harry Potter y las reliquias de la muerte (parte II), creo que lo que más llama la atención es que el hijo de Harry y Ginny que va a empezar este año su educación mágica reglada es que se llama Albus Severus Potter. Lo cual nos lleva al primer punto por el que me gusta este final:

5. Fanservice (darnos un capricho a los fans)

Simple y llanamente. Es cierto que en las películas eliminaron ciertas escenas y momentos importantes que impiden el correcto desarrollo de algunas relaciones amorosas. Pero, como buena lectora y espectadora ávida de salseo, que unos personajes a los que guardo tanto cariño acaben juntos es como una especie de recompensa por todo el sufrimiento vivido en la batalla de Hogwarts y otras escenas que no vamos a recordar. Y, por supuesto, que el hijo mediano de los Potter adopte el nombre de dos personas tan importantes y con tantas capas (que te pueden gustar más o menos, pero la complejidad de los personajes está ahí), para mí es símbolo del perdón, de las segundas oportunidades y de la esperanza. Así que sí, yo fan de la pareja Harry Potter + Ginny Weasley y fan del nombre de sus hijos. Porque los otros dos no tienen desperdicio tampoco: James Sirius (en honor al padre y padrino de Harry) y Lily Luna (honor a la madre de Harry y gran amiga de ambos). Es que menuda fantasía de mamarrachada.

4. Tranquilidad y recompensa para el lector

No voy a negar que, después de que medio castillo fuera derruido, después de todas las bajas, los Mortífagos fugados, las familias divididas, la inestabilidad del Ministerio de Magia… Tenía miedo de que las cosas no pudieran volver a ser como antes. Por eso me da mucha paz y tranquilidad saber que, a pesar de todo, la comunidad mágica de Gran Bretaña siguió adelante y todo volvió a su cauce. Este final es como una recompensa a todo lo sufrido. Así que yo como lectora estoy satisfecha.

3. Elemento icónico

El worldbuilding del Wizarding World es enorme, complejo y detallado. Pero, si hay un elemento que destaca sobre todos los demás, ese es el andén 9¾. Su barrera que hay que atravesar decidido (mucho más cool si vas con un carrito a rebosar con tus pertenencias), el humo manando de la máquina de vapor y los tonos escarlata del Expreso de Hogwarts son iconos que se quedaron grabados en nuestra retina desde el primer momento. No nos íbamos a marchar después de siete libros y ocho películas sin darle nuestro último adiós a ese puente que conecta el mundo muggle con el mágico. Andén 9¾ Harry Potter

2. Escena que es sinónimo de hogar

No lo niegues, te encantan las escenas que se desarrollan en el andén 9¾. Desde la primera vez donde Harry conoció a la familia Weasley hasta la última, donde podemos ver que siguen estando juntos. Sin olvidarnos de la leche que se dieron Harry y Ron cuando Dobby cerró la barrara en segundo. De cuando al término del tercer curso Harry le contó a tío Vernon sobre que su padrino era un asesino convicto, pero salió de la prisión de magos y está huyendo. O de cuando al año siguiente Harry le dio a Fred y George Weasley su premio del Torneo de los Tres Magos. Ni del extravagante grupo formado por los Weasley, Nymphadora Tonks, Remus Lupin, Alastor Moody y Sirius Black (en su forma animal) que escoltó a Harry de la sede de la Orden del Fénix hasta King’s Cross. Sin duda, hemos pasado muy buenos momentos y otros notan buenos pero cruciales en esta estación de tren. Y, confiésalo, cada 1 de septiembre tú también desearías estar allí, de regreso a ese hogar en el que se ha convertido Hogwarts.

1. Final redondo

Este último año he estado estudiando bastante sobre escritura. Una de las primeras cosas que aprendí fue que debe haber un cambio radical entre el inicio de una historia y el final. Así se notará que lo que ha pasado entre medias ha tenido repercusiones, que ha servido para algo (ya sea buen o malo). Pues bien, el caso de la historia de Harry Potter es de los más ilustrativos que nos podemos encontrar. Porque, más allá de que cada libro tenga su propio inicio, nudo y desenlace, también lo tiene la saga como tal. Echemos la vista atrás hacia el primer libro/película. El primer recuerdo que tenemos del protagonista es siendo abandonado, solo, en la calle, en plena noche, de manera completamente indefenso. Hablo, por supuesto, de cuando Dumbledore abandona a un bebé de un año que acaba de quedarse huérfano en el porche de la casa de unos tíos que sabe que lo van a odiar y repudiar. (Albus, ¿qué te costaba al menos llamar al timbre para que salieran y no tuviera que pasar la noche a la intemperie?). Pero, gracias a este epílogo, la última imagen que tenemos de Harry es despidiendo a sus hijos que vuelven al cole, acompañado de su familia y amigos, en un lugar conocido, al mediodía, habiéndose convertido en un mago hecho y derecho. Estas dos escenas son justo lo contrario la una de la otra. Porque las separan siete libros y ocho películas en las que Harry ha crecido, aprendido, sufrido, perdido, ganado y evolucionado. Y nosotros hemos sido testigos de ese viaje que comenzó en el número 4 de Privet Drive y terminó en el andén 9¾. Definitivamente, esta es la imagen que yo como lectora que ha reído y llorado con esta historia me merezco. No una imagen de un Hogwarts (hogar) destruido y tres amigos exhaustos que van a tener que enterrar a medio colegio. xDDD Final Harry Potter y las reliquias de la muerte (parte II) No cabe duda de que, lo que a priori pudo parecer una simple historia de magia para adolescentes, ha terminado siendo una obra maestra de la literatura con mucho que decir entre líneas. Porque la literatura juvenil es un tesoro que hay que cuidar y valorar.

Y a ti, ¿qué te parece el final de Harry Potter?

¿Lo ves ahora con ojos diferentes?


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6 comentarios

  1. Me ha encantado el post. De hecho, estoy deseando tener todos los libros en la nueva edición (la de Hufflepuff) para poder leerlos enteros y volver a disfrutar de este mundo tan fantástico y maravilloso. Gracias por hacer un post sobre esto.

    ¡Un abrazo, felices lecturas y hasta la próxima!

    Marieta ~ Relatos de una náufraga

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