Hace poco publiqué un post en mi blog de autora de Goodreads sobre lo que, en mi opinión, diferencia un parón lector de un bloqueo lector. Puedes leerlo aquí. En cualquier caso, ambos son mejor evitarlos. Nos quitan tiempo de lectura y, por ende, de aprender y disfrutar de historias maravillosas, vivir grandes aventuras, enamorarnos, crecer… Y todas esas cosas fantásticas que hacen los libros. Precisamente por eso, porque vamos a tener menos tiempo para dedicarle a la lectura que libros por leer en el mundo, no hay que desperdiciar nuestro tiempo leyendo historias que no nos gusten.
Por eso yo soy una de esas personas que no pestañean al admitir públicamente que abandona libros sin piedad. De hecho, soy una abandonalibros profesional. No temo abandonar lecturas que no me satisfacen ni libros escritos por mí misma que no están a la altura de mis expectativas. Sesenta páginas borré de un plumazo del Proyecto Amïsserunt porque no concordaban con lo que yo quería transmitir ni con lo que quería para mis personajes. Pero, ¿cuándo abandonar un libro?
¿CUÁNDO ABANDONAR UN LIBRO…
…COMO LECTORA?
Llevo abandonando libros desde el colegio. Más concretamente, desde que supe leer y, por lo tanto, desde que supe qué me gustaba leer y qué no. De hecho, comencé con los libros que leíamos todos juntos en clase. La dinámica era la siguiente: uno leía en voz alta mientras el resto del alumnado leíamos mentalmente. Se suponía que teníamos que estar atentos porque en cualquier momento le podía tocar a otro leer en voz alta. Pero ni siquiera así era capaz de concentrarme y leer algo que no me gustaba.
No sé si era déficit de atención o es que ya era una lectora muy exquisita con ocho años. El caso es que notaba a la legua con solo leer las primeras páginas si el libro me iba a gustar o no y eso condicionaba la atención que le prestaba.
De ahí que en el instituto devorara Finis Mundi de Laura Gallego, El príncipe de la niebla de Carlos Ruiz Zafón, La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca y Las flores del mal de Baudelaire; pero recurriera a los resúmenes de Internet en el caso de La casa de los espíritus de Isabel Allende. Y no era que fuera mala estudiante o una pasota. Es que sencillamente todos los personajes de esa novela en concreto me caían mal, no conecté con la pluma de la autora y cada vez que abría el libro sentía un puñetazo en la cara. Ojo, esto no es un ataque a la autora ni al libro, es simplemente que no era mi momento de leerlo. Igual lo leo en un par de años y se convierte en mi libro favorito. Pero en aquel momento, tuve que abandonarlo por los siguientes motivos:
1. Me provocaba emociones negativas
En este caso que estoy poniendo como ejemplo, literalmente, me ponía de mal humor.
2. No me salían las cuentas
Invertía demasiado tiempo en leer demasiado poco, con lo cual, le restaba tiempo a cosas más importantes o, por lo menos, más productivas.
3. Imposible concentrarme
Más concretamente, no retenía información. Al leerlo con desgana pasaban dos cosas: se me olvidaba lo que había leído el día anterior y se me olvidaba lo que había leído solo unas líneas antes.
Era un gasto absolutamente infructífero de energía. Y, admitámoslo, decir con 17 años que un libro te roba la energía… Es preocupante. Por eso, por mi propia salud física y mental, decidí abandonarlo cuando ya había leído un 70% del libro. ¡Y menudo peso me quité de encima! Cuando lo hice me sentí liberada. Sí, tenía miedo de suspender, pero lo prefería a sufrir un bloqueo lector.
Esas son las principales razones por las que yo suelo abandonar libros como lectora. ¿Cuáles son las tuyas?

…COMO ESCRITORA?
Estos motivos son unos cuantos más, aunque también incluiría los tres que he dicho antes. Pero, siendo más específicos en cuanto a escritura, creo que las principales razones que me impulsan a dejar aparcada (temporalmente) o a abandonar (definitivamente) una historia son:
1. Ya no creo en ella
Me ha pasado alguna vez que empiezo a escribir una historia con una idea en mente, con el objetivo de transmitir ciertos valores, de mostrar x realidades… Pero en el proceso de documentación me doy cuenta de que estaba equivocada. O me desencanto con alguno de las señas de identidad más importantes de la historia. En ese sentido, si yo pierdo la fe, la confianza y la ilusión en esa historia, ¿para qué voy a escribirla? Si algo he aprendido en los siete años más o menos que llevo escribiendo historias largas, es que en el momento en el que pierdes la pasión por tu historia… a) No vas a poder venderla bien. b) El lector lo va a notar. Así que… ¿pa’ qué?
En estos casos suelo abandonar definitivamente la historia.
2. El proyecto se me queda grande
Esto sucede cuando la idea que tengo en mi mente es demasiado ambiciosa. Es decir, cuando la historia es demasiado larga y compleja para mí… en esos momentos. Por lo general, son historias que dejo aparcadas (temporalmente) para retomarlas cuando haya adquirido más práctica, tenga más bagaje, más tiempo, recursos, formación, paciencia…
Esto me ha ocurrido con el Proyecto Amïsserunt. Tetralogía (creo) que va a ver la luz sí o sí, pero no sé cuándo. Por supuesto, sé que el momento ideal para escribir una historia no va a existir nunca, pero también sé que he de hacer caso a mi instinto. Y mi instinto fue, precisamente, quien me hizo eliminar esas 60 páginas que ya tenía escritas y desde entonces vivo más feliz sabiendo que a mis personajes les espera algo mucho mejor que aquel intento de primer borrador.
3. Se me queda corto
También puede ocurrir a la inversa, que escriba algo que no me parezca lo suficientemente bueno. Bien es cierto que no todas nuestras novelas pueden superar a la anterior, en algún momento escribiremos algo más flojito, pero siempre manteniendo un mínimo de calidad acorde a tu experiencia, tu marca personal, etc.
Por supuesto, tenemos —y debemos— que escribir auténticos bodrios para practicar, perfeccionar, innovar, probar… Pero hemos de ser lo suficientemente inteligentes para hacer una criba sobre lo que se merece ser publicado y lo que ha sido un buen ejercicio de escritura, pero la humanidad está mejor sin él.
Seguro que hay más razones por las que he abandonado relatos, novelas y otros proyectos. Pero estas son las principales. ¿Me cuentas las tuyas?

¿A QUÉ ALTURA ABANDONAR UN LIBRO?
Esto es muy subjetivo (como todo, vaya). Hay gente que si las primeras páginas no las encandilan, next (siguiente). Luego estamos las personas que dejamos de margen al menos el 20 ó 25% del libro, más o menos lo que suele durar la introducción/lo que tarda en aparecer el conflicto o punto de giro que da pie al desarrollo de la novela. Pero, como ya digo, más de una vez he abandonado un libro cuando ya llevaba más de la mitad. Porque también depende mucho del libro concreto, el número de páginas, el tiempo del que se disponga en ese momento, etc.
En cuanto a como escritora… Nunca es tarde para borrar y volver a crear de cero.
Pero, vamos con la pregunta del millón…
¿ES BUENO O MALO ABANDONAR LIBROS?
Esta pregunta es muy subjetiva. Hay personas que no pueden abandonar ningún tipo de libro, que se sienten mal, creen que se van a perder algo, les da ansiedad dejar cosas a medio acabar… Con lo cual, para ellas será mejor terminarlos para poder quedarse tranquilas.
Y luego estamos las personas a las que nos pasa lo contrario: si algo no nos engancha lo suficiente hemos de abandonarlo porque, si no, le estaremos quitando tiempo a otras historias y es entonces cuando sentimos que nos estamos perdiendo algo mucho mejor por algo que no nos hace disfrutar.
Con lo cual, abandonar libros, tanto como lectores y como escritores, es bueno o malo dependiendo de cada persona, circunstancias, momento, libro concreto, estado de ánimo… Hay mil factores que pueden influir. Yo solo he comentado unos cuantos de los que me afectan a mí, pero me gustaría conocer los tuyos. ¿Me los dejas en los comentarios?
¡Un abrazo literario y que tengas un buen mes de agosto!

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9 comentarios
¡Hola! Como escritora, he pospuesto más que abandonado algunas de las historias en las que estaba trabajando en un momento determinado pero, al igual que a ti, no me tiembla el dedo para eliminar un montón de páginas si no terminan de convencerme. Como lectora, no recuerdo abandonar ninguna novela, pero sí no seguir leyendo sus continuaciones. Es cierto que cuando una novela no me gusta y, por ende, me cuesta muchísimo leerla, siento que estoy perdiendo un tiempo que podría estar disfrutando con otra, pero suelo pensar en el escritor o escritora que está detrás, y como sé de primera mano lo mucho que cuesta escribir una novela, procuro leerla hasta el final. Un artículo genial. ¡Un abrazo!
Qué grandes consejos das para los redactores, eso se aplica a mí que también escribo canciones, siempre es complicado ponerse ambicioso o superar la anterior creación, a veces vamos a escribir letras más flojas o cuando nos flota la inspiración mejores. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan
¡Muchas gracias, Boris! Qué bien que también se pueda aplicar a letristas. Te deseo lo mejor con tus canciones. ^^ ¡Un saludo!
Yo antes procuraba terminarlos todos, siempre. Solo recuerdo haber dejado uno sin terminar: Olvidado rey Gudú, que me pareció una tortura y acabé desistiendo :/ Pero eso era antes. Ahora llevo una racha un poco mala, creo que mis circunstancias no me ayudan a concentrarme con los libros, así que a nada que vea que no me entran ganas de leerlo a todas horas, lo dejo aparcado. Muchos los retomaré en otros momentos, seguro, pero supongo que no me han llegado en el momento adecuado.
Vale, tomo nota para no leer ese libro jajaja
Me alegro muchísimo de que tomaras esa decisión. Y coincido contigo, cada libro tiene su momento y espero que los disfrutes muchísimo cuando sea el momento de cada uno. ^^
Un abrazo y felices lecturas :3
Hola Ana. Hasta hace unos años era de las que se obligaba a terminar cualquier libro que empezase. Debo confesar que más de uno me resultó una tortura que para nada compensó la satisfacción de llegar hasta el final.
Ciertamente no recuerdo por qué ni con qué libro decidí que ya no lo volvería a hacer. Y es la mejor decisión que podía haber tomado. Como bien dices en el post, hay demasiados libros buenos esperándonos para disfrutar y saborear y nuestro tiempo es tan finito que quiero aprovecharlo de verdad.
Como escritora estoy igual que Marieta, apenas estoy empezando y no puedo hablar con fundamento.
Un abrazo.
¡Hola, Paloma!
Conozco a mucha gente que le pasaba lo mismo que a ti y desde que dieron el cambio de terminarlo todo a abandonarlo sin remordimientos, también se sienten mucho mejor. Así que me alegro un montón de que te atrevieras a dar el paso y te haya dado buenos resultados. ^^
Mil gracias por pasarte y felices lecturas. :3
En mi caso, yo no puedo hablar desde la perspectiva de escritora, porque a penas he escrito un par de relatos. Pero desde mi perspectiva de lectora, yo también he abandonado algunos libros. De hecho, creo que bastantes, hehe. Normalmente es porque encuentro otro que me apetece más leer. Pero otras veces es por otros motivos, como por ejemplo que no me gusta lo que leo (me refiero a que el tema que trata me hace sentir incómoda) o que la lectura se me hace pesada. Y creo que pocas veces he seguido adelante con libros que quería abandonar, la verdad. A veces es mejor dejarlos aparcados y volver dentro de un tiempo a leerlos (o no volver, eso ya depende de cada uno).
¡Un abrazo, felices lecturas y hasta la próxima!
Marieta ~ Relatos de una náufraga
¡Qué bien que seas de las mías y puedas abandonar libros para leer otros que te llamen más en ese momento! Y exacto, ya está en la decisión de cada uno si volver a intentarlo con un libro después de aparcarlo o abandonarlo definitivamente.
¡Un abrazo y muy felices lecturas! :3